Todos sabemos cómo se presenta una crisis asmática. La persona afectada siente que le falta el aire y tiene problemas para respirar con normalidad. Pero, ¿es posible detectar la presencia de esta enfermedad antes de que llegue la crisis asmática?

¿Qué es el asma?

El asma es una enfermedad del aparato respiratorio en la que las paredes internas de las vías respiratorias se inflaman y se estrechan, haciendo que los pulmones reciban menos aire. Este hecho hace que los pulmones se vuelvan muy sensibles y reaccionen ante aquellas cosas a los que el paciente es alérgico, tales como el pelo de animales o el polen.

Síntomas

No todas los enfermos asmáticos sufren los mismos problemas derivados de la enfermedad. Aunque el síntoma más claro de que una persona sufre asma es la dificultad para respirar, los especialistas recalcan que el asma también puede generar otros síntomas como por ejemplo;

• La aparición de pitos o silbidos en el pecho
• Tos prolongada, sobre todo por las noches
• Dificultad para respirar al entrar en contacto con animales o algún tipo de vegetación
• Dificultad para respirar durante la realización de ejercicio físico intenso o moderado

El ataque o crisis asmática aparece cuando estos síntomas empeoran, generando problemas más graves y dificultando considerablemente la respiración. En estos casos es necesario recibir atención médica urgente ya que las consecuencias de un ataque de asma pueden ser muy dañinas para el cuerpo.

El asma es una enfermedad relativamente común en Estados Unidos. Y es que, según los últimos datos del CDC, 26 millones de americanos sufren esta condición, siendo la enfermedad crónica más común en los niños. A pesar de que las consecuencias de un ataque de asma pueden ser fatales, en la actualidad es posible controlar la enfermedad si se sigue el tratamiento adecuado.