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Guillermo Arriaga, desde su confinamiento en México. 
Guillermo Arriaga, desde su confinamiento en México.

Guillermo Arriaga: Como "un periquito hablándole a un iPad" en su charla en Twitter con los lectores

El escritor mexicano  charló en vivo con sus lectores a través de twitter de su nueva novela Salvar el fuego (Alfaguara). Bueno, y de un puñado de aspectos de…

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En tiempos de Coronavirus -se nos ha quedado ya la ‘muletilla’- el mundo de la cultura se resiste a abandonar a sus consumidores al sopor del encierro y empiezan a abundar charlas y presentaciones a través de las redes. Un fenómeno que, contra todo pronóstico, puede que esté avivando no sólo las tertulias librescas, sino salvándolas de su pedentería. 

Una buena prueba de ello fue la charla en vivo que tuvo el escritor y guionista Guillermo Arriaga (‘Amores perros’, ‘21 gramos’) con sus lectores a través de Twitter. Donde, pese a la incomodidad inicial y a que no se demostró muy ducho con las nuevas tecnologías - “es raro estar hablando como un periquito a un iPad”-, acabó siendo lo más parecido a tener una conversación de antro con tu autor favorito, gracias al desparpajo de los internautas.

Arriaga empezó hablando de la novela “Salvar el fuego”, una historia de amor que ganó el prestigioso Premio Alfaguara este año, y de la cual presentó el ejemplar impreso y la portada:

“Trata de la historia de Marina, una coreógrafa de unos 38 años, con tres hijos, casada y adinerada que se pregunta muy a menudo si lo que hace es interesante, y está obsesionada con eso. Presenta una coreografía que es un desastre, piensa retirarse y en un momeno dado la invitando a dar una función en la cárcel. Ahí conoce a José Cuauhtémoc, un homicida condenado a 50 años de prisión, hijo de un activista indígena que está obsesionado con educar a sus hijos para que no los insulten por indios”, arracó el escritor. 

Su mayor interés son los “amores extremos”, dijo. Y a partir de ahí, en ese veloz turno de preguntas y réplicas y de anonimato que propician las redes, supimos lo que jamás se cuenta en una presentación.

“Espero que en esta cuarentena que tenemos varios, los libros se conviernan en una vela”

Por ejemplo, que la literatura le salvó de “usar traje y corbata”; que cazar, aunque mal visto, le ayuda a escribir -”me permite observar la naturaleza y entender al ser humano”, afirmó-; que le encantan los chistes malos; que sufre insominio, y que uno de sus hijos, que aparece por la habitación, es igualito que él pero con pelo.

Para Arriaga, la literatura es una “adicción”. Escribe en aviones, trenes y aeropuertos. “¿También en el baño?”, le pregunta un internauta. “No escribo en el trono, compadre, ¿qué pasó?”, responde con desenfado.

Transmitía desde su casa México, donde pasa la cuarentena del “coranavirus”, así lo llama, junto a su familia. 

“Vivimos tiempos oscuros. Y en estos tiempos oscuros hay un proverbio chino que dice: ‘No maldigas la oscuridad, mejor enciende una vela’. Espero que en esta cuarentena que tenemos varios, los libros se conviernan en una vela”, concluyó. 

¿Será que además de pánico y soledad, esta apocalipsis vírica no nos va a volver más zombies sino más amantes de la cultura?

Con una distancia mayor que los tres o cinco metros que separan a un autor de su público en un acto “normal”, Guillermo Arriaga demostró que las pantallas también pueden ser ventanas y, a fin de cuentas, lo que hay tras el lomo de un libro son personas.