Con tan sólo 18 años, Karen Vega se ha convertido en la primera modelo indígena oaxaqueña en aparecer en la portada de Vogue México. 

Su viaje comenzó a la edad de 14 años cuando comenzó a ayudar a la esposa de su abuelo en su trabajo como costurera de vestidos a la medida, enamorándose desde entonces de la moda y de la profesión de modelo.

Vega comenzó a explorar más allá, usando las redes sociales para buscar revistas, conocer modelos y entender lo que la moda significa en su sentido más amplio. 

Su primer paso en el mundo profesional se dio cuando el diseñador Pompi García y el fotógrafo Enrique Leyva le invitaron a formar parte de la producción "Realismo Mágico" en la ciudad de Oaxaca, un proyecto que pretendía dar una plataforma a más gente de color y nativos.

Tras esta primera experiencia profesional, Vega unió a la agencia de modelos de García y Leyva, Talento Espina, que representa a jóvenes oaxaqueños con pasión por el modelaje. Fue a través de la agencia que recibió una invitación para participar en un show de otoño-invierno en la Ciudad de México de la firma mexicana Barragán. 

"Al principio hubo muchas dudas sobre mi participación, porque aunque era una oportunidad muy bonita, la mudanza y la confianza de mis padres para salir fue difícil, ya que era la primera vez que salía de Oaxaca", dijo Vega a Vogue México. 

Sin embargo, la agencia logró que el hermano mayor de Vega se fuera con ella. 

Dijo que su agencia le ayudó a desarrollarse profesionalmente aconsejándole que nunca tolerara ningún tipo de abuso, que usara su voz y que tuviera confianza en sí misma. Dijo que su agencia le ayudó a entender que este sueño ha sido complicado para los indígenas, pero que no es imposible. 

Vega cree que es muy importante para el mundo de la moda ver más diversidad. 

"Es hora de que las nuevas generaciones tengan medios de comunicación que les muestren expresiones de igualdad y les eduquen sobre las diferencias que nos hacen a todos bellos", dijo.

Cuando Vega vio a la actriz Yalitza Aparicio en la portada de Vogue, se sintió identificada, y espera que su trabajo haga que otras chicas se sientan también representadas. 

"Mi granito de arena sería poner el foco en la mujer sureña, nuestras historias, de donde venimos, para que más que modelos de fotos, podamos ser una inspiración de otro tipo", concluyó.