El nicaragüense Ernesto Javier Hernández llegó a los Estados Unidos en marzo con una visa de asilo. Hernández busca crear una escuela para enseñar música a niños de familias vulnerables, la idea surgió luego de que pudiera darle clase a los menores que esperaban en México a que se procesaran sus casos de asilo.

Para Ernesto, la música le salvó la vida cuando su familia lo abandonó a los 10 años, y ese es un mensaje que quiere transmitir a niños y familias en situación de vulnerabilidad. 

Ernesto salió de Nigaragua con $1.5 dólares para comenzar un viaje que duraría 18 meses hasta llegar al campo de Matamoros. Hernández se vio obligado a quedarse en esta ciudad fronteriza por el programa ‘Quédate en México’ aplicado durante la Administración Donald Trump.

Durante este tiempo creó una pequeña escuela de música entre las carpas del campamento migrante. Su sueño es ayudar gratuitamente a través de la música.

El centroamericano cuenta que tocar la flauta fue lo que le permitió financiar su viaje al norte. Y aunque al inicio de su estadía en el campamento casi no tocaba, poco a poco recuperó sus ánimos y decidió compartir sus conocimientos con los demás.

El pastor Eddie Ferguson, de la iglesia de Riverside se ha unido a Hernández para lograr realizar su sueño de crear una escuela de música. Hernández sigue en contacto con los niños de la frontera y les imparte clases virtuales. 

Actualmente, Ernesto se encuentra en busca de financiación para montar una escuela en Riverside con el fin de impartir clases a niños de familias vulnerables. Junto con el  pastor Ferguson, han formado una campaña de GoFundMe para recaudar $19,000 dólares.

La intención de Hernández es  comprarse una casa rodante en la que pueda vivir mientras imparte clases. La iglesia de Ferguson se ha comprometido en brindar un lugar en el que Hernandez pueda estacionar su casa, recibir comida, suministro de agua y luz.