No es un estreno absoluto. Es más bien como si en el 2018 Daniel Drexler se hubiera olido lo que venía y hubiera sacado una versión de “Salvando la distancia” para ayudarnos a esperar con calma.

Y ahora, con todos encerrados, volvió a grabarla para recordarnos cómo acercanos a aquella persona que nos hace falta.

“Te canto porque tengo la ilusión
de que quizás tan sólo una canción
alumbre el milagro de estar
al lado tuyo salvando la distancia”

Canta Drexler, acompañado de una guitarra sencilla y un coro de dos mujeres que, ironía, lo acompañan a cantar cómo extraña.

En la guitarra esta canción tiene algo del ritmo de la ranchera, pero una ranchera más tranquila y nostálgica que desgarrada. Y la letra nos confirma por qué no hay desgarro: porque la música y la palabra (por Skype y Whatsapp) nos consuelan, hay esperanza.

En la medida en que la pandemia de COVID–19 ha irrumpido tanto en la vida privada de la gente como en la política y economía de los países, los artistas han empezado a responder poco a poco. Por un lado, buscando alternativas para recrear las dinámicas con que trabajaban y, por otro, como reacción de la cultura a los golpes y cambios profundos por los que atraviesan las sociedades.

Tener fronteras cerradas en muchos países y las aerolíneas todavía paradas hace que para muchos viajes y reencuentros estén suspendidos. E incluso sin la necesidad de tener tierra de por medio, una de las secuelas que el virus ha dejado es la sensación de que el cuerpo del otro –sólo por ser y estar– es una amenaza.

El tiempo nos dirá hasta dónde llegará el torrente de la nostalgia y la esperanza en la música a raíz del coronavirus.