Aseguran que estamos asistiendo a una revolución creativa que permitirá a los artistas hacer cosas “imposibles hasta ahora” y que ellos van a encabezarla.

Así es Runaway, una compañía fundada en 2018 por tres chilenos que desarrolla herramientas digitales para la industria creativa con las últimas tecnologías en machine learning e Inteligencia Artificial y que el pasado mes cerró una ronda de inversión de en torno a los 10 millones de dólares en los Estados Unidos. 

La plataforma creada por estos emprendedores, que ya está siendo utilizada por muchos creadores de contenido, es una verdadera innovación. Ya que hasta ahora, y a pesar de que la inteligencia artificial se está empleando con eficacia en numerosas industrias, el mundo del arte y la creatividad no había conseguido sacarle el máximo partido. 

La idea de esta nueva generación de herramientas creativas, que apuntan a revolucionar el mercado igual que lo hizo Adobe hace una década, surgió cuando Cristóbal Valenzuela, Alejandro Matamala y Anastasis Germanidis se conocieron en un curso de postgrado de la Universidad de Nueva York (NYU) y unieron sus cabezas para trabajar en su proyecto de tesis. 

El resultado fue un software en la nube que puede generar, modificar y editar automáticamente contenido audiovisual con algoritmos de IA y que pretende democratizar el acceso y abaratar los costos para los usuarios, a la vez que multiplicar la rapidez en que se editan y distribuyen las imágenes y los audios. 

En suma, como explicaba uno de sus creadores, poner al alcance incluso de los aficionados el mismo nivel de detalle y los efectos especiales que sólo estaban en manos de las grandes productoras de Hollywood.

"Seguimos creando contenidos audiovisuales de la misma manera que lo hemos hecho durante décadas y eso hace que el proceso sea innecesariamente lento, caro y difícil. Con los algoritmos de la IA cualquiera puede crear animaciones hiperrealistas en segundos y editarlas automáticamente”, dijo Valenzuela.

“Algo que sólo Hollywood o las grandes productoras y efectos especiales han sido capaces de hacer hasta ahora", concluyó.

Mientras que Matamala destacó que “si ponemos estas herramientas en menas de personas que nunca han antes han accedido a ellas, empezarán a pensar en nuevas formas de producir arte, generar contenido y contar historias”.

El camino al éxito de esta startup latinx se inició, como no podía ser de otra forma, cuando se les ocurrió publicar un tuit en sus redes preguntando a los usuarios si emplearían una herramienta como la que estaban desarrollando. 

En cuestión de un par de días, ingenieros de Google y Facebook, medios de comunicación y universidades los contactaron mostrando interés por su trabajo. 

La chispa que encendió Runaway era ya cosa hecha… Y los fondos de inversión especializados en tecnología, como Amplify Partners, no han perdido la oportunidad de pujar por el proyecto. 

Importantes bandas musicales como la rockera YACHT han empleado el software para crear el contenido audiovisual de su último álbum -nominado a un Grammy-; también están trabajando en la creación de cortometrajes con el uso de IA y cooperando con cineastas. 

La academia se ha rendido a sus pies y Runaway ya ha establecido alianzas con el MIT, UCLA y la NYU, además de que en Chile, su tierra natal, ya está siendo empleado por tres universidades.

¿Desbancarán a los gigantes tecnológicos? ¿Estamos asistiendo al comienzo de una nueva era “Latinx geek”?