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La obesidad es un problema para los países desarrollados. Foto: Taniadimas
La obesidad es un problema para los países desarrollados. Foto: Taniadimas

El 55% de la población de EEUU será obesa en el año 2045

En la actualidad, un 39% de la población de Estados Unidos sufre de obesidad.

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La obesidad es uno de los problemas que más preocupan a gobiernos de todo el mundo. Cada año, el Congreso Europeo de Obesidad presenta los últimos datos referidos a esta enfermedad que afecta a la mayoría de países desarrollados. Este año, esta reunión ha sido celebrada en Viena, Austria y allí se ha demostrado que el número de obesos sigue incrementándose.

Según los últimos datos, el porcentaje de obesos a nivel mundial pasará del 14% en 2017 al 22% en el año 2045. Se trata de un gran incremento que amenaza con saturar los sistemas médicos de muchos países. Además, se da la circunstancia de que la prevalencia de la diabetes también podría subir del 9,11% hasta el 11,7%. La conjunción de ambas afecciones podría suponer una importante crisis para los sistemas de salud.

 

La situación de Estados Unidos

Sin embargo este incremento se refiere a la situación global. Si nos centramos en la situación particular de los países, encontramos que los datos de Estados Unidos son todavía más alarmantes. Se calcula que en nuestro país la obesidad aumentará del 39% en 2017 al 55% en el año 2045. Por su parte, las tasas de diabetes pasarán del 14 al 18%. Se trata de unas cifras nunca antes alcanzadas y que podrían suponer la saturación de los servicios médicos. Y es que la obesidad viene acompañada de otros problemas médicos que podrían complicar la situación del afectado. Por ejemplo, este estudio recalca que es necesario reducir estos niveles de obesidad en un 25% con el fin de intentar que la diabetes tipo 2 no supere el porcentaje del 10% de la población.

 

Medidas necesarias

Los autores del estudio recuerdan que además de los desafíos médicos a los que nos tendremos que enfrentar si se cumple esta predicción, también los países tendrán un reto por delante. Hacer frente a la multitud de gastos que supone esta situación no es algo que todos los países puedan cumplir. Por ello será necesario que los países impongan medidas drásticas en cuanto al consumo de azúcar y comiencen a buscar nuevas fórmulas para la promoción del deporte.