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Antonio Valdés es el director general del Children's Crisis Treatment Center (CCTC) desde 1997. Foto por cortesía del CCTC.
Antonio Valdés es el director general del Children's Crisis Treatment Center (CCTC) desde 1997. Foto por cortesía del CCTC.

Antonio Valdés: El director general que proporciona servicios de salud mental a los niños de Filadelfia

Como líder del Centro de Tratamiento de Crisis para Niños, Valdés se ha comprometido a servir a todas las comunidades diversas que ofrece esta ciudad.

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De los muchos regalos que los padres de Antonio Valdés le han dado a lo largo de su vida, hay dos que destacan.

"A menudo he dicho de mis padres que después de su mayor regalo, que fue el amor y la consistencia y el apoyo... la siguiente cosa realmente grande que hicieron fue darme esa experiencia cultural desde una perspectiva de identidad", dijo Valdés en una entrevista con AL DÍA

Nacido y criado en Paterson, en el norte de Jersey, y en partes de Delaware y Connecticut, Valdés es hijo de padre cubano y madre dominicana.

Durante sus años de secundaria y preparatoria, vivió en la capital de la República Dominicana, una experiencia que tuvo un gran impacto en su vida. 

"El hecho de haber podido vivir en la República Dominicana de adolescente, sin hablar inglés durante años, tuvo esa experiencia tan rica de estar completamente inculturado en la cultura dominicana", dijo Valdés. "Y entonces, como resultado, el concepto de ser bicultural fue capaz de florecer dentro de mí, en términos de ser capaz de vivir ambos mundos".

Estar acostumbrado a los estilos de vida y las costumbres tanto de la República Dominicana y Cuba como de Estados Unidos ha sido una parte muy importante de su vida. 

"Gran parte de mi vida ha estado relacionada con el apoyo a la comunidad latina", dijo Valdés.

Tanto si se trata de sus viajes a la República Dominicana y a Cuba, como de su participación en diferentes juntas directivas o de su trabajo diario al frente de diferentes organizaciones de servicio, esa conexión se ha mantenido constante. 

El campo de la ayuda

A los 15 años, Valdés empezó a trabajar en el restaurante familiar de su padre en Santo Domingo.

"Venía directamente del colegio al restaurante que teníamos y me encargaba del turno de tarde", dice. 

Esa experiencia le enseñó el valor del trabajo duro, y también le ayudó a crear un sentido de comunidad entre él y su familia.

Justo antes de empezar la universidad, la familia Valdés se trasladó a Estados Unidos. 

Cuando Valdés cursó sus estudios universitarios en la Universidad de Delaware, pasó por varias especialidades para descubrir qué carrera quería seguir.

Finalmente se decantó por la biología y la antropología, con una especialización en ciencias políticas.

Cuando estuvo listo para entrar en el mundo laboral, una cosa estaba muy clara.

"Siempre supe que iba a estar en el campo de la ayuda de una manera u otra", dijo. 

"A pesar de todas las carreras y de todos los cambios, cuando salí de la escuela, me dediqué a trabajar en el mundo de la salud mental y a ayudar a los ancianos y a los enfermos mentales a pasar de los hospitales psiquiátricos a la comunidad", continuó Valdés.  

Comienzos como trabajador social

Sin llegar a llamarlo su "vocación", Valdés simplemente sintió que era adecuado para él estar en una posición en la que pudiera apoyar a las personas que están luchando. 

Esto le llevó a entrar en el sector de la salud mental. 

Valdés comenzó su carrera en este campo como trabajador social para Connections CSP, un proveedor de atención sanitaria del comportamiento con sede en Delaware. 

Desde el principio, Valdés tuvo que estudiar y comprender realmente el funcionamiento de la atención sanitaria del comportamiento, en particular cómo comienza en las primeras etapas de la vida. 

"A menudo, en mi función, hablo de los factores de protección y del tipo de factores de protección que tienen los niños en las primeras etapas de la vida, y cómo eso es realmente, en la mayoría de los casos, lo que determina el nivel de resiliencia que tienen las personas a lo largo de toda su vida", dijo. 

Señaló que una persona que haya crecido en un entorno con altas dosis de factores de protección -adultos cariñosos y afectuosos, apoyo- puede no notarlo en los primeros años de su vida, y de hecho puede darlo por sentado. 

Sin embargo, para los que no crecieron en ese entorno, puede tener un efecto residual en la forma en que ese individuo se comporta como adulto. 

A lo largo de su mandato, Valdés vio a menudo las consecuencias de este último entorno y cómo ha llevado a muchos a una vida de violencia y drogas.

Como trabajador social, Valdés ha visto a menudo situaciones en las que los individuos pueden haber pasado 30 o 40 años en un hospital psiquiátrico por algo que probablemente no les llevaría a uno hoy en día. En esa situación, a menudo ha sido la persona responsable de ayudar a trasladar a esa persona a un hogar de grupo o a un centro de vida independiente. 

"Me ayudó a comprender y a centrarme en la diferencia que supone que las personas tengan en sus primeros años de vida las cosas que probablemente les ayudarán a tener éxito y a ser realmente resistentes", dijo Valdés. "Las cosas malas suceden, así que realmente se trata de cómo ayudamos a la gente a ser resiliente para que cuando sean adultos, puedan superar las cosas difíciles".

Un líder en potencia

Valdés no tardó en darse cuenta de que quería desempeñar una función de supervisión, predicando con el ejemplo. 

Mientras trabajaba en Connections CSP, decidió volver a la escuela y cursar un MBA en Administración de Servicios Médicos y de Salud.

Tras completar su MBA, Valdés se convirtió en el director de operaciones de la organización, donde utilizó su experiencia como proveedor de servicios para gestionar cinco programas diferentes para un equipo de más de 100 empleados. 

Al año siguiente, se trasladó a Filadelfia tras ser nombrado director ejecutivo del Centro de Psiquiatría Infantil (CPC).

Valdés señaló dos experiencias en el CPC que, según él, fueron muy impactantes para él, tanto personal como profesionalmente. 

La primera es que el 80% del personal de la organización era latino, mientras que "entre el 85% y el 90% de su clientela era latina".

"Nunca había trabajado en un lugar así, así que fue una experiencia muy, muy diferente", reflexionó Valdés. 

"Se convirtió en un momento en el que... todos los días, hablaba tanto en español en el trabajo como en inglés. Y era un entorno en el que me encontraba en una cultura muy diferente, aunque todavía estaba en Estados Unidos", añadió.

Esa experiencia se convirtió en una oportunidad para que Valdés se conectara con la comunidad de una manera que, dijo, no había tenido la oportunidad de hacer desde que regresó a los Estados Unidos.

También supuso una oportunidad para crear asociaciones con otras entidades de la comunidad que realizaban un trabajo similar en el ámbito de la psiquiatría infantil.

Fue entonces cuando Valdés empezó a ver el valor de la integración y lo fundamental que es para servir con éxito a las comunidades necesitadas. 

Como líder, hay varias cualidades que Valdés considera primordiales para ser un líder eficaz.

Al frente del Children's Crisis Treatment Center

En 1997, Valdés fue nombrado director ejecutivo del Children's Crisis Treatment Center (CCTC), una organización sin ánimo de lucro especializada en servicios de salud mental para niños y familias, en Filadelfia. 

En su casi cuarto de siglo al frente de CCTC, la organización ha crecido exponencialmente en número de empleados y clientes.

"Lo que realmente aprecio es que hemos sido capaces de hacerlo de forma orgánica", dijo Valdés, señalando el valor de las asociaciones tanto internas como externas. 

Una importante asociación interna ha sido Caring Families of CCTC, un grupo de asesoramiento familiar formado por padres y cuidadores de niños que son clientes actuales o antiguos.

"Nunca olvidaré una de las cosas que dijo una vez una de las señoras", reflexionó Valdés, "Dijo: 'Estoy muy agradecida por cómo mi hijo estuvo en el servicio de CCTC. Cómo le fue mucho mejor después de pasar por el programa'".

Sin embargo, añadió que el mayor impacto fue el efecto que tuvo en toda la familia. 

Fue en ese momento cuando Valdés vio el verdadero impacto que tiene la organización, especialmente desde la perspectiva de la familia.

"Como trabajamos con los niños, trabajamos con los cuidadores. Y como resultado, estamos impactando en la forma en que estas familias se ven a sí mismas y tal vez vayan a trabajar en el futuro para ayudar a otros niños", dijo Valdés. "Y entonces puedes imaginar el tipo de efecto de goteo".

Es ese componente el que Valdés encuentra más satisfactorio en su trabajo. 

 "Se siente muy poderoso... muy importante", añadió.

Diversidad en la atención sanitaria conductual infantil

CCTC también se ha asegurado de que la diversidad siga siendo una prioridad clave entre su personal y su equipo directivo. 

Dada la diversidad de los niños y las familias que componen los clientes de CCTC, es primordial contar con una plantilla diversa. 

Según sus cifras más recientes, Valdés señaló que alrededor del 45% de los niños a los que atiende la organización son afroamericanos, mientras que entre el 30% y el 35% son latinos. 

El 43% de los empleados son afroamericanos y el 30% latinos.

Aunque estas cifras son buenas, hay un esfuerzo continuo para garantizar que la diversidad, la equidad y los esfuerzos de inclusión sigan siendo una prioridad.

En lo que respecta a los temas de salud conductual y trauma, existe una conexión entre estos temas y el DE&I.

"Para nosotros es difícil separar ambos temas porque mucho tiene que ver con este sentido de identificación con las comunidades a las que servimos", dijo Valdés.

Añadió que abre la puerta a conversaciones más abiertas y transparentes entre el personal y los clientes, así como a aprender unos de otros. 

El compromiso de las organizaciones de adoptar realmente la diversidad, la equidad y la inclusión será cada vez más importante en cada generación.

Como director general latino que dirige una organización en la que la mayoría de sus clientes son diversos y multiculturales en una industria que es predominantemente blanca, no hay que descuidar el valor de estos esfuerzos.

"Podemos influir en otras organizaciones y crear presión para que las cosas sigan avanzando por un determinado camino", dijo Valdés.

"La diversidad y la inclusión son importantes por muchas razones, pero creo que la más importante para mí es la de los jóvenes que se incorporan a la carrera y que proceden de diferentes minorías, esa creencia de que cuando ven que tienen una oportunidad real, que realmente pueden crecer, y si invierten, tendrán éxito. No se puede sobrestimar lo crítico que es eso", añadió.