La Agencia Federal de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA) ha dado la voz de alarma sobre el incremento del consumo de cigarrillos electrónicos entre los adolescentes del país. Según los últimos datos de la encuesta de Consumo Juvenil de Tabaco de 2017, más de dos millones de jóvenes en Estados Unidos consumen cigarrillos electrónicos. Una tendencia que la FDA considera peligrosa. Es por ello que ha decidido dar 60 días a los principales productores de cigarrillos electrónicos para que presenten propuestas para ayudar prevenir el consumo entre la población más jóvenes.

Daños en el ADN

La alarma de las FDA llega tras la publicación de un estudio que demuestra que los cigarrillos electrónicos dañan el ADN y que advierte que su consumo podría aumentar la probabilidad de sufrir cáncer. Se trata de un estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores del Masonic Cancer Center de la Universidad de Minnesota. Los investigadores demuestran con este estudio que las sustancias químicas con las que cuentan los cigarrillos electrónicos tienen la capacidad de modificar el material genético de las células de la boca, lo que incrementa la predisposición a sufrir cáncer.

Se da la circunstancia de que, en los últimos tres años, el consumo de tabaco por parte de los jóvenes se había visto reducido, en gran parte, gracias al esfuerzo en las políticas de prevención desarrolladas por el gobierno. Sin embargo, el consumo de cigarrillos electrónicos ha irrumpido con fuerza, generando un rápido cambio en esta tendencia.

Los investigadores insisten en que todavía es pronto para conocer los efectos que el consumo de esta sustancia puede tener a largo plazo. Sin embargo, el estudio referenciado, que fue llevado a cabo con cinco consumidores de cigarrillos electrónicos, descubrió tres compuestos de este producto que resultan dañinos para el ADN. Estos compuestos químicos generan daños que, de no ser reparados por las células afectadas, podrían degenerar en cáncer.