A la hora de detectar problemas y alteraciones en las mamas, existen diferentes tipos de mamografías. La mamografía convencional o tradicional y la mamografía digital en 3D. Ambos procedimientos se realizan utilizando la misma técnica. Inicialmente la diferencia entre estos procedimientos se basaba en que el primer tipo genera unas radiografías fotográficas mientra que en las mamografías en 3D se generan archivos digitales.

Sin embargo, un estudio realizado en más de 15 mil mujeres a lo largo de cinco años, ha demostrado cómo la mamografía en 3D es mucho más eficaz que la mamografía tradicional cuando se trata de detectar tumores. Los resultados de este estudio, realizado por científicos de la Universidad de Lund, en Suecia, han demostrado que la mamografía en 3D detecta un 30% más de tumores que el procedimiento tradicional.

La mamografía en 3D ha demostrado no solo ser más eficaz sino también más cómoda para las mujeres, ya que sus sistemas comprimen menos la mama, siendo más confortables para las mujeres que se someten a este estudio.

En contraposición, los expertos comentan que, debido a la gran cantidad de información que ofrece los sistemas de mamografía en 3D, es habitual que las mujeres analizadas con este sistema deban someterse a mayor número de controles. Esto es debido a que la mamografía en 3D es capaz de detectar un mayor número de alteraciones en las mamas, por lo que es posible que sea necesario llevar a cabo una segunda revisión.

Recomendaciones de la OMS

La Organización Mundial de la Salud recomienda la mamografía como el único método de cribado eficaz para detectar el cáncer de mama. Así mismo, recomienda a las mujeres la autoexploración como medida inicial de detección y prevención del cáncer de mama.