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Protestas en el Capitolio de Texas en abril. Photo: AP
Protestas en el Capitolio de Texas en abril. Photo: AP

El movimiento antivacunas, los “terraplanistas” de la COVID-19

Organizaciones como Freedom Angels lideran las protestas contra el Stay at home mientras que se les acusa de oportunismo. ¿Estamos viviendo un “rebrote” de…

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“Pequeños, ruidosos y egoístas”, así definió el senador de California y pediatra Richard Pan a los activistas antivacunas que se manifestaron el pasado 1 de mayo ante el Capitolio de Sacramento, junto a otros grupos de personas contrarios a la prolongación de la cuarentena en un estado cuyo gobernador acaba de anunciar la reapertura de pequeños comercios el próximo viernes en base a las bajas tasas de mortalidad - 5,8 por cada 100.000 personas, en comparación a las de Nueva York, de 127,4-. 

La reapertura era necesaria para paliar los efectos de la crisis económica que golpea duramente a las familias. Sin embargo, a los expertos sanitarios les preocupa que los antivacunas hayan visto en la pandemia una oportunidad para expandir su mensaje y que aspiren a convertirse en mártires imprudentes en un momento en que el planeta entero lucha por conseguir una vacuna contra la COVID-19.

Durante la protesta fueron detenidos varios activistas de una organización conocida como Freedom Angels, que lideró la manifestación del viernes y ha convocado otra parael día de hoy. Una de sus fundadoras, Heidi Muñoz Gleisner, declaraba en un vídeo de Facebook que “este es el momento de que la gente se dé cuenta y evalúe realmente las libertades a las que están renunciando, todo en nombre de la seguridad percibida". 

Grupos como Freedom Angels, que no contestó a la solicitud de entrevista de este periódico, se amparan en el discurso de la libertad, la autogestión y la necesidad de volver al trabajo para seguir sembrando la duda sobre el sistema de Salud norteamericano, cuando más de dos docenas de trabajadores sanitarios han muerto en Estados Unidos combatiendo el virus. 

Un discurso peligroso

El profesor de pediatría y virología molecular y microbiología del Baylor College of Medicine en Houston, Texas, Peter Hotez, calificó de oportunistas a estos activistas y los acusó de estar utilizando la falta de confianza de los ciudadanos en el gobierno para volver a dar “una capa de pintura al movimiento y seguir siendo relevantes”, aunque también advierte que la estrategia “puede funcionar”. 

En el caso  concreto de Freedom Angels, estos criticaron además el cierre de las armerías, ya que los ciudadanos deben estar protegidos contra los robos y saqueos fruto del hambre. Lo que les sitúa en el espectro más conservador de un movimiento que no se limita a una única tendencia política -el abogado medioambiental Robert F. Kennedy Jr. también es muy crítico con las vacunas y ha acusado al director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci, de urgir al desarrollo de “vacunas contra la COVID-19 arriesgadas e inciertas” para favorecer a las farmacéuticas-. 

La realidad es que muchos de estos activistas están convencidos de que el coronavirus no es tan fiero como lo pintan, a pesar de que Estados Unidos  es hoy epicentro mundial de una tragedia con 1,2 millones de casos confirmados y 72.000 fallecidos. 

Teóricos de la conspiración

Este no es el único grupo que busca un chico agujero por el que colarse en mitad del caos; Texans for Vaccine Choice también pidió al gobernador de Texas que se comprometiera a que las vacunas contra el virus fuesen opcionales.

"Todos estos grupos tienen, en última instancia, el mismo mensaje: Queremos que te enfermes", dice el Dr. Pan.

Mientras que el Dr. Rupali J. Limaye, que estudia el comportamiento en torno a las vacunas en la Universidad Johns Hopkins, afirma que "una de las cosas que estamos encontrando es que la retórica es bastante similar entre los antivacunas y quienes exigen la reapertura". Entre ellos también se encuentran activistas del Tea Party y miembros de milicias armadas, que tienen intereses interconectados. Básicamente, un reclamo de “libertad individual” bastante cuestionable. 

"Mi esperanza y mi oración es que todos los estadounidenses se pongan de pie y se den cuenta de que tienen que participar activamente en su gobierno", dijo Heidi Muñoz, de Freedom Angels. "Desde el primer día, ha sido difícil que siempre se nos castigue como antivacunas, y estas protestas son castigos antibloqueo. Siempre hemos sido partidarios de la libertad".

Propagación y rebrote

Aunque pequeñas y limitadas a unos pocos cientos de personas, las protestas contra el distanciamiento social se iniciaron en Michigan y acabaron extendiéndose a otros estados como Texas, Colorado, Maryland y Wisconsin. 

No es la primera vez que una epidemia provoca otra de tipo social; el movimiento antivacunas persiguió duramente la vacuna del sarampión en 2015, manifestándose muchas madres con sus hijos no vacunados. Lo volvieron a hacer a finales de 2019 al reclamar un referéndum contra la última ley de vacunas en California.

La protesta del pasado viernes en Sacramento fue la más grande convocada hasta la fecha. Vivimos un nuevo rebrote de antivacunas y, como ocurre con los virus, éste también está mutando.