WATCH LIVE

LIVE STREAMING
Photo by Dominican Writers
La plataforma de Angela Abreu se dedica a apoyar y promover el trabajo de los escritores dominicanos de todo el mundo. Fotografía por cortesía de Dominican Writers Association.

Angela Abreu: "Si no existe, créalo".

Angela Abreu es la fundadora de la Asociación de Escritores Dominicanos, una plataforma dedicada a apoyar y promover las obras de los dominicanos.

MÁS EN ESTA SECCIÓN

IA Previene los terremotos

Legado preservado

Afro-Latinas en academia

Ciencia de decisisiones

De McDonald's a Goldman

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

Ángela Abreu, es madre de un hijo de 14 años y fundadora de la Asociación de Escritores Dominicanos, una plataforma dedicada a apoyar y promover las obras de los escritores creativos de ascendencia dominicana, según reza en su página web. 

Angy, como prefiere que la llamen, nació en la República Dominicana y llegó a Estados Unidos a los cinco años, a Harlem, Nueva York. Su madre trasladó a sus hermanos y a ella a Washington Heights en 1989, donde fue criada por su madre como madre soltera. Pasó los primeros años de la década de los 90 durante las redadas y la epidemia de crack en Washington Heights.

Angy, una niña que se queda sola, fue la primera en ir a la universidad y graduarse en toda su familia. Recuerda que pasó gran parte de su infancia en la biblioteca porque sus hermanos se dedicaban a jugar a los videojuegos; un interés que ella no compartía, en cambio, disfrutaba de sus libros y su tiempo de lectura. 

Angy es una apasionada de su comunidad, de la literatura y de la representación de los dominicanos en la literatura y en los medios de comunicación.

Actividades universitarias y profesionales

Angy creció comprendiendo la importancia de la educación. "Mi madre nunca fue a la escuela. Es decir, terminó tal vez hasta el primer año de la escuela secundaria, y siempre quiso ir a la universidad", afirma Angy. La falta de educación de su madre no le impidió esforzarse para que Angy entendiera lo importante que era la educación, especialmente como hija de un inmigrante. "La única manera de sobrevivir en este país era si recibía una educación, porque nunca quiso que tuviera que luchar como ella, siendo madre soltera o cobrando el salario mínimo. Eso no es lo que ella quería para mí", reitera Angy. Su madre le decía "ten tus propios cimientos y tus propias cosas para que nunca tengas que depender de un hombre", porque su madre se ha encontrado en esas situaciones.

Angy asistió al instituto de profesiones sanitarias y servicios humanos, donde estudió todo lo relacionado con el campo de las profesiones sanitarias. Tras graduarse en el instituto, asistió a Lehman con la aspiración de convertirse en enfermera titulada. Sin embargo, como estudiante de enfermería se encontró con muchos retos; las matemáticas y las ciencias le resultaban difíciles, y la falta de orientación y apoyo la hicieron cambiar de carrera. Al ser la primera generación de estudiantes y la primera de toda su familia (también de la familia extendida) en asistir a la universidad, le faltó el estímulo para perseverar en sus estudios de enfermería. Angy afirma que "sabiendo las cosas que sé ahora, estoy criando a mi hijo. Así que le digo: "Te tengo. Tengo toda la información para ti. Pero no tenía a nadie a quien admirar o alguien en mi familia que hubiera ido a la universidad a quien pudiera preguntar o alguien que estuviera dispuesto a ser mi mentor". 

Sabía que quería una carrera en la que pudiera ayudar a la gente. Como resultado, terminó transfiriéndose a John Jay y obteniendo su título en Psicología Forense con una especialización en Comportamiento Desviado. 

Sin embargo, su pasión por la escritura surgió durante su último semestre en John Jay, cuando tuvo que cursar una asignatura optativa para compensar un crédito que le faltaba, y eligió cursar escritura creativa. En esa clase algo cambió para ella. Faltaban historias con las que pudiera identificarse. Nadie escribía historias como la suya o sobre los dominicanos y su cultura. Esta constatación la llevó a investigar exhaustivamente a los escritores dominicanos y encontró a Angie Cruz y Julia Álvarez. Leyó todos sus libros "pero nada me conmovió más que Soledad, de Angie Cruz. Y creo que fue más porque pude identificarme con la dinámica madre-hija del libro", afirma Angy. 

La representación es importante en cualquier medio. Muchos estudiantes como Angy, en su momento, lucharon por ver sus historias contadas, o por encontrar personas que se parecieran a ellos. Aunque esto sigue siendo un problema, cada vez hay más creativos diversos que tienen la oportunidad de contar sus historias. La historia de Angie Cruz, Soledad, hizo que Angy pudiera ver su mundo: "Sé de qué iglesia está hablando". Luego estaba la historia de la relación sobre la hija que no se llevaba bien con su madre, que intentaba averiguar quién era ella y quién era su madre. Yo también había vivido esas cosas, así que conecté más con esa historia", subraya Angy. 

Con el tiempo, decidió hacer un máster en asesoramiento en salud mental. Sin embargo, trató de encontrar un puesto dentro de este ámbito de práctica, pero no pudo encontrar una oportunidad. "Trabajé en un instituto de psiquiatría durante diez años y aún así me resultó difícil encontrar un puesto dentro de ese ámbito", explica Angy. Al cabo de unos años abandonó esa carrera. "Continué con la carrera que ya tenía porque me estaba sirviendo", explica Angy.

Su pasión por ayudar a los demás contribuyó a que se diera cuenta de la falta de representación de los escritores dominicanos y de las historias dominicanas en la literatura y otros medios, lo que la impulsó a crear la Asociación de Escritores Dominicanos.

Escritores dominicanos

La visión de Angy no era hacer de Escritores Dominicanos una organización. Su idea era que fuera una cuenta de bookstagram; antes de que ese término existiera. En 2015, "no existía nada como bookstagram pero mi idea era solo publicar libros y compartir información de lo que está pasando [en] la literatura dominicana americana", explica Angy. Quién iba a pensar que siete años después, su cuenta alcanzaría los 24.000 seguidores y estaría trabajando con autores como Angie Cruz y Elizabeth Acevedo, por nombrar algunos. 

Su experiencia como curadora de eventos, anfitriona, facilitadora de talleres y otras actividades para la comunidad, "se me hizo fácil para poder ofrecer al público cosas que notaba que necesitaban. La gente pide talleres de escritura, y yo pienso que ya los he hecho antes. Puedo conseguir a alguien que organice el taller, así que empezamos a hacer esas cosas", afirma Angy. 

Ella encuentra los recursos necesarios para ayudar a los autores y a los creativos a ser capaces de proporcionar esos servicios a su público, como la promoción de libros y el lanzamiento de libros para ayudar a los autores a obtener más visibilidad que probablemente no conseguirían en ningún otro lugar. La Asociación de Escritores Dominicanos trabaja con escuelas, tiene clubes de libros, entre otros servicios con el propósito de que un libro dominicano llegue a sus manos. 

Dominican Writers' funciona como un servicio de publicación y algunas de las cosas que busca cuando trata de publicar a un escritor es la autenticidad, tiene que ser extremadamente dominicano, único, creativo de no ficción o ficción, y tiene que ser una atracción. El libro tiene que "hablar de lo que somos, de nuestra cultura y de nuestra tradición", afirma Angy. 

La mayoría de los servicios que ofrece Dominican Writers son gratuitos. Hay ciertas cosas que requieren que la gente pague, como las consultas, el coaching, algunos talleres, etc. Angy ofrece consultas individuales si usted está interesado en entender cómo funciona la auto-publicación, o necesita ayuda para encontrar un agente literario, o tiene preguntas específicas sobre la publicación. 

La Asociación de Escritores Dominicanos es una organización sin fines de lucro 501 c3 a partir de abril de 2019. La organización se financia con subvenciones y donantes que ayudan a proporcionar servicios.

Lema en la vida y consejo para futuros autores

El lema de Angy en la vida es "si no existe, créalo". Como ella dice, no esperes a que se presente la oportunidad o a que alguien te abra la puerta. Edúcate y crea lo que te falta. 

Suele recalcar a su público, autores, creativos y clientes potenciales que "aquí no se pasa vergüenza". 

"Hay gente que se lo toma como algo personal y lo hace parecer de forma negativa, pero lo que quiero decir es que nuestra plataforma proporciona toda la información que necesitas para autopublicar o publicar de forma tradicional, así que no hay razón, si me conoces, para sacar un libro en el que te avergüences por no haber investigado", explica Angy. 

Quiere que los escritores y futuros autores se centren en hacer el libro correctamente. Que inviertan en la edición, incluso si escriben poesía, la edición es importante. "La autopublicación tiene un estigma y es que la gente no hace su investigación, y he visto trabajos horribles porque la gente envía estos libros y muchos de ellos sienten que no [necesitan] editar", reitera Angy. La plataforma de escritores dominicanos proporciona toda esa información, herramientas y recursos que necesitas para hacerlo correctamente. 

Destaca que "si estás con Dominican Writers 'tu no vas a pasar vergüenza' porque te voy a enseñar lo que necesitas saber, para que quedes bien. Para que tu libro autopublicado pueda salir a competir con un libro publicado tradicionalmente". 

Decirle a la gente que no puede promocionar su obra es difícil, pero necesario. Dominican Writers' tiene una reputación establecida y los lectores confían en la recomendación de la plataforma, como "Cómo me convertí en sirena" de Amanda Alcántara, "Ciudad sin altar" de Jazmín Méndez, "Herencia: Un poema visual" de Elizabeth Acevedo, "Cómo no ahogarse en un vaso de agua" de Angie Cruz, por mencionar algunos. Angy menciona "Cada libro que publicamos, la gente corre a comprarlo", por lo tanto, es importante tener toda la información que el lector necesitará para comprar el libro. 

Ella entiende que obtener un título de educación superior puede ser un reto para muchos, y en algunos casos imposible. "Incluso si no vas a la universidad tienes acceso a la autoeducación. Hay una tonelada de [información] gratuita en Internet, [en la] biblioteca, o puedes [investigar] y es más fácil. Si hay algo que no ves, pide ayuda", afirma Angy.

Quiere que la gente entienda que ella representa al escritor dominicano. Su misión es ayudarles a publicar y llegar al canon literario. "Quiero que cada vez más autores nuestros salgan a la luz, que se publiquen, que se publiquen tradicionalmente, que se reconozcan, que se vea su trabajo, que se aplaudan, que salgan en la televisión", subraya Angy. 

Quiere que la gente entienda que ser "dominicano significa bachata, arroz con habichuela, salir con los amigos, buen rollo, divertirse, para mí significa literatura. Porque ese es el lado que represento el aspecto de la lectura". Significa permitirse la oportunidad de ser creativamente libre en cualquier medio que elija. 

Si desea encontrar más información sobre los escritores dominicanos, haga clic aquí.