El senador de Pensilvania Bob Casey, uno de los últimos legisladores en el Capitolio que se identifica como "demócrata pro-vida", dijo recientemente que apoyaría la Ley de Protección de la Salud de la Mujer, que codificaría el derecho al aborto en la ley federal.

El padre de Casey, ex gobernador de Pensilvania, era conocido por sus opiniones contrarias al aborto. En 1989, firmó un proyecto de ley con estrictas limitaciones al aborto.

La ley establecía que una menor debía dar el consentimiento de sus padres para interrumpir un embarazo. Una mujer casada debía notificar a su marido su intención de abortar, las clínicas debían proporcionar cierta información a la mujer que solicitara el procedimiento y esperar 24 horas antes de recibirlo.

En el histórico caso de 1992 del Tribunal Supremo, Planned Parenthood contra Casey, se reafirmó el caso Roe contra Wade, pero el tribunal confirmó todas las disposiciones de la ley, excepto el requisito de notificación al cónyuge. 

Debido al legado de su padre, Casey ha sido percibido como un demócrata relativamente moderado, pero en los últimos 10 años ha virado hacia la izquierda en varias ocasiones, aunque sigue llamándose "pro-vida". 

Mientras los demócratas del Senado se concentraban en la escalinata del Capitolio después de que se filtrara el borrador de la opinión del Tribunal Supremo sobre Roe V. Wade, Casey fue una de las pocas que no asistió. 

Casey ha mantenido un delicado equilibrio entre el apoyo a la legislación y las ideas a favor y en contra del aborto.

En algunos casos, ha votado a favor de restricciones, como una propuesta de prohibición del aborto después de las 20 semanas, pero también ha votado con los demócratas para apoyar la financiación federal de Planned Parenthood y el acceso a la anticoncepción.

Casey, que cumple su tercer mandato como gobernador y se enfrentará a la reelección dentro de dos años, se encuentra ahora en la posición de ver cómo el alto tribunal puede demoler el derecho federal al aborto, mientras que los numerosos activistas de su partido se movilizan con fuerza contra cualquier decisión de este tipo.

Parece que Casey ha cambiado su postura en respuesta a lo que considera un movimiento inesperado por parte de los republicanos del Congreso para intentar poner en marcha una prohibición total del aborto en todo el país.

En una entrevista con la AP, Casey dijo que muchos estadounidenses están empezando a darse cuenta de que los republicanos, en muchos casos, quieren prohibir el procedimiento sin excepciones.

Casey señaló que, durante décadas, los republicanos han defendido que los estados tengan voz y voto en el acceso al aborto, y ahora están persiguiendo activamente una legislación que prohíba el procedimiento en todas partes después de las seis semanas, antes incluso de que muchas mujeres sepan que están embarazadas.

En una declaración publicada el martes 10 de mayo, Casey dijo que volverá a votar a favor de la aprobación de la Ley de Protección de la Salud de la Mujer y seguirá apoyando el proyecto de ley a lo largo del proceso. 

"A la luz de la filtración del borrador de la decisión del Tribunal Supremo que anula el caso Roe v. Wade, y de los informes posteriores de que los republicanos de la Cámara de Representantes y el Senado de EE.UU. presentarán una legislación para promulgar una prohibición de las seis semanas en todo el país, la verdadera pregunta del momento es: ¿apoya usted una prohibición categórica del aborto? Durante el tiempo que llevo en el cargo público, nunca he votado a favor -ni apoyo- una prohibición de este tipo", dice parte de la declaración.

La última postura de Casey fue inmediatamente alabada por los liberales y criticada por los grupos antiabortistas, que desde hace tiempo acusan a Casey de no estar a la altura de sus creencias profesadas en la materia. 

"Por sus acciones y palabras, creo que el senador Casey ha abandonado el uso legítimo de la etiqueta provida", dijo en un comunicado Michael Geer, presidente del Instituto de la Familia de Pensilvania, que se opone al aborto.