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Los haitianos se manifiestan durante una protesta para denunciar el proyecto de referéndum constitucional llevado a cabo por el presidente Jovenel Moise el 28 de marzo de 2021 en Puerto Príncipe. Foto: Valerie Baeriswyl/AFP via Getty Images
Los haitianos se manifiestan durante una protesta para denunciar el proyecto de referéndum constitucional llevado a cabo por el presidente Jovenel Moise el 28 de marzo de 2021 en Puerto Príncipe. Foto: Valerie Baeriswyl/AFP via Getty Images

Muerte de presidente haitiano es el último eslabón de una larga crisis institucional

El asesinato solo aumenta la inestabilidad en un país con una grave crisis institucional que comenzó incluso antes del terremoto que devastó al país en 2010.

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El asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise, en la madrugada de este miércoles 7 de julio, se da en medio de una larga crisis social e institucional en el país más pobre del continente. 

Mientras los países de la región y líderes mundiales se solidarizaron con los haitianos y condenaron el atentado, el país se encuentra en estado de sitio, las fronteras y el aeropuerto se encuentran cerrados. 

“Los presuntos asesinos del presidente Moise interceptados por la Policía en Pelerin poco antes de las 6 de la tarde", anunció el secretario de Estado de Comunicación, Frantz Exantus a través de Twitter.

También se conoció que la primera dama, Martine Moise, quien resultó gravemente herida en el atentado fue trasladada a Miami para recibir atención médica.

Líderes reaccionan al atentado

En el transcurso de este miércoles, los presidentes de distintos países y organismos internacionales repudiaron el asesinato de Moise. 

"Estamos impactados y tristes por el horrible asesinato del presidente Jovenel Moise y el ataque a la primera dama, Martine Moïse de Haití", señaló el presidente Joe Biden en un comunicado.

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, también condenó el asesinato y llamó a “todos los haitianos a preservar el orden constitucional, mantenerse unidos ante este horrible acto y rechazar toda la violencia”, a través de su portavoz, Stéphane Dujarric.

República Dominicana, el país vecino, cerró sus fronteras con Haití una vez se conoció la noticia del atentado. A través de twitter, el presidente dominicano, Luis Abinader, señaló que “este crimen atenta contra el orden democrático de Haití y de la región. Nuestras condolencias a sus familiares y al pueblo Haitiano".

La Organización de Estados Americanos, OEA, condenó “en los más fuertes términos el asesinato”, y calificó lo ocurrido como una afrenta "al conjunto de la comunidad de naciones democráticas" de la región.

Los presidentes de Colombia, México, Chile, Argentina, Cuba y Venezuela,  entre otros, también repudiaron el asesinato del mandatario haitiano.

Haití, un país en crisis

El asesinato solo aumenta la inestabilidad en un país con una grave crisis institucional que comenzó incluso antes del terremoto que devastó al país en 2010 y mató a más de 300.000 personas.

Haití es el país más pobre y desigual de América Latina, con el 60% de su población viviendo en la pobreza, según cifras del Banco Mundial en 2020, además tiene el récord de tener más presidentes en el continente: 20 en los últimos 35 años. 

En los últimos meses, las luchas entre pandillas y grupos armados han aumentado los índices de inseguridad y según un informe de la ONU, unas 5.000 personas fueron desplazadas debido a la violencia en los primeros días de junio. 

Moise, un próspero empresario que llegó al poder en 2017, tuvo un mandato polémico. Su elección fue pospuesta por un supuesto fraude, lo que lo llevó a gobernar por un año más (hasta 2022) en contra de distintas organizaciones de su país. 

Su asesinato se produjo a dos meses de las elecciones presidenciales convocadas para el 26 de septiembre, en las que además había llamado a un referendo para aprobar una nueva constitución y la posibilidad de revivir la reelección presidencial, medidas que no tenían el apoyo de la oposición ni de la comunidad internacional.