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David Koch dando una conferencia en la Cumbre "Defending the American Dream en Columbus, Ohio, en 2015. Foto: Flickr.
David Koch dando una conferencia en la Cumbre "Defending the American Dream en Columbus, Ohio, en 2015. Foto: Flickr.

La retirada de David Koch deja a Trump un poco más solo

Según la periodista Jean Mayer, autora de “Dinero Oscuro”, la retirada del vicepresidente de Koch Industries tendrá un efecto escaso en el empuje de la…

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David Koch, una de las grandes fortunas detrás del partido Republicano y gran defensor de medidas neoconservadoras, desde la reducción de impuestos a no hacer nada por frenar el cambio climático, ha anunciado que se retira de la esfera política y empresarial.

Koch, de 78 años, y el residente más rico de Manhatthan, según The New Yorker,  dirigía junto a su hermano Charles el conglomerado Koch Industries, uno de los imperios económicos más grandes de los Estados Unidos, con una facturación superior a los 115 mil millones de dólares.  Su retirada del puesto de vicepresidente ejecutivo de Koch Industries - relacionada con un cáncer de próstata que le diagnosticaron en 1992 - se hará efectiva el próximo 1 de julio. David Koch también se retirará de la dirección de Americans for Prosperity, una de las organizaciones de lobbying desde donde los “hermanos Koch” han canalizado sus políticas de ayuda y financiación al partido Republicano y a movimientos neoconservadores como el Tea Party.

Nacido en Wichita, Kansas, David Koch estudió ingeniería en el MIT y empezó a involucrarse en política y  filantropía en los 80, cuando se presentó como candidato a la vicepresidencia por el Partido Libertario. Después de este episodio, decidió cambiar de estrategia y apostar por el  lobbying mediante organizaciones como Freedom Partners, Libre Initiative o Americans for Prosperity como instrumento para influir en la política estadounidense.

“Estos grupos se convierten en bancos secretos que impactan en la política norteamericana de forma sustancial, sin que la gente sepa quién hay detrás. Es muy inquietante que muchos americanos piensen que el ideal de un hombre, su voto, pueda ser influido por 400 magnates. Se supone que la democracia no debería funcionar así”, subraya Jane Mayer, periodista de The New Yorker y autora de “Dinero oscuro: La historia oculta de los multimillonarios tras el ascenso de la derecha radical”, que acaba de salir publicado al español.

A pesar de haber respaldado medidas neo-conservadoras, David Koch y su hermano se desmarcaron públicamente de Donald Trump durante la campaña de 2016, dejando claro que no apoyarían sus medidas arancelarias contra el aluminio y el acero.  Los Koch son defensores del libre comercio y la reforma migratoria, y sus ideas chocan con las medidas proteccionistas del presidente actual, especialmente cuando éstas afectan al sector minero o energético, el suyo.

La historia de la familia Koch y sus vínculos con el movimiento conservador americano se explican muy bien en el controvertido libro de Jane Mayer, donde analiza la historia de una élite de plutócratas-  liderados por los Koch, los Scaifes, los Olins y los Bradleys- que, según ella, han financiado un plan sistemático para alterar el sistema político americano. Mayer va trazando el recorrido de los miles de millones de dólares gastados por esta red de empresarios para manipular a su gusto la agenda política de la nación, desvelando la alarmante congregación de think tanks, instituciones académicas, medios de comunicación, jueces y aliados del gobierno que han caído bajo su influencia.

¿Por que América está viviendo una etapa de profunda y creciente desigualdad económica? Por qué los intentos de abordar el cambio climático han sido derrotados una y otra vez? Por qué los  billonarios de los fondos de inversión pagan tan pocos impuestos en comparación a la clase media? , son algunas de las cuestiones que intenta responder Mayer en su libro.

La historia de los Koch empieza con Fred Koch, fundador del imperio , que en los años 20 desarrolló un sistema para refinar el petróleo y  convertirlo en gasolina. Desde sus inicios fue una empresario polémico, pues hizo hizo negocios con Stalin y Hitler, cuando este necesitaba carburante para sus aviones de guerra. Sus dos hijos heredaron el talento empresarial de su padre y ampliaron el negocio al sector de la finanzas y la quimica. Hoy Koch tienen una fortuna de cerca de 50,000 millones de dólares y dan trabajo a unas 12,000 personas.

Que se opusieran a Trump no les convierte en “angelitos”. Mayer insiste en su libro que  los Koch es bajar los impuestos, reducir los gastos, implementar la desregulación y negar el cambio climático. Entre sus peticiones y campañas está promover un sistema sanitario “primero para los norteamericanos” y han financiado estudios que defienden que el cambio climático era una invención de liberales y ecologistas. También están en contra del desarrollo de la industria del auto eléctrico, enemigo de los intereses de Koch Industries.

“Durante las últimas cuatro décadas, los Koch han aprovechado la gran fortuna de una empresa familiar que factura 115 mil millones de dólares al año - Koch Industries - para financiar una máquina política privada cuyo alcance y tamaño han sido descritos como rivales del partido Republicano. Al suscribir generosamente candidatos, organizaciones políticas y grupos de defensa, a menudo a través de donaciones imposibles de rastrear, han llevado la política estadounidense hacia su propia agenda archi-conservadora, pro empresarial, anti- impuesto y antiregulatoria, particularmente en el área ambiental”, escribía Meyer esta semana en The New Yorker. “Aunque David Koch también está renunciando a su papel como presidente de la Fundación Americans for Prosperity, el ala de la fundación del principal grupo de defensa política de los Koch, es probable que su influencia no decaiga pronto”.