Donald Trump ha desvelado su último esfuerzo de campaña para las presidenciales 2020.

Esta vez ha publicado desde el jardín de la Casa Blanca su visión para el sistema migratorio estadounidense.

“Hoy presentamos un claro contraste,” dijo. “Los demócratas proponen fronteras abiertas, salarios más bajos y, francamente, un caos sin ley. Nosotros estamos proponiendo un plan de inmigración que ponga en primer lugar los empleos, los salarios y la seguridad de los trabajadores estadounidenses. Nuestra propuesta es pro-estadounidense, pro-inmigrante y pro-trabajador. Se trata sencillamente de sentido común”.

La propuesta implica, nuevamente, la omisión de las prioridades migratorias de un grueso de la población inmigrante en el país.

Mientras su proyecto plantea priorizar “trabajadores altamente calificados sobre aquellos con familiares que ya se encuentran en el país”, no contempla una solución para los jóvenes indocumentados llegados al país cuando niños.

Asimismo, el plan permitiría a los solicitantes “aumentar su elegibilidad en función de factores como la edad, la capacidad de hablar inglés, las ofertas de trabajo y su récord educativo”, según explicó el Washington Post.

Quizás lo más sorprendente del asunto, es que ni su discurso ni su proyecto abordan la crisis migratoria en la frontera con México, lo que pareciera ser un giro en su estrategia por abordar el asunto de campaña desde un punto de vista más “positivo”.

Según dijo un funcionario de la administración el pasado martes, la propuesta pretende “unificar a los Republicanos” y garantizar el apoyo en el Congreso.

La “suavidad” de la propuesta sortea el lenguaje contra la inmigración indocumentada, así como el impacto negativo que ha tenido toda su política en sus índices de aprobación.

De una u otra manera, su intención parece enfocarse directamente en el Congreso.

“Es difícil construir consenso mientras se mantiene la urgencia”, explica Vox. “El esfuerzo de Trump por transmitir un mensaje más positivo también es una forma de acumular más exigencias a un Congreso que no está interesado en cumplir con las solicitudes de inmigración más modestas de la Casa Blanca”.

Por lo tanto esto es, nuevamente, tan sólo un plan de campaña, no una propuesta de Ley.

¿Por qué entonces hacer tanto alboroto al respecto?

Esa respuesta podremos encontrarla en las próximas encuestas por las presidenciales.