Cartagena es una ciudad llena de colores, personajes y sobre todo, mucho sabor. Cada rincón de la ciudad está lleno de movimiento y tradición, que se ve reflejada incluso en los platos típicos de ‘La Fantástica’. 

La gastronomía caribeña en Cartagena va desde los sabores africanos, hasta las mezclas europeas traídas por los españoles durante la época de la colonia. Pescados, mariscos, arroces y frutas típicas de la región suelen caracterizar cada uno de los platillos que se encuentran por sus calles. 

Uno de los lugares más típicos para comer estos manjares es el Mercado de Bazurto, ubicado en el verdadero centro económico de la ciudad, es un espacio que a primera instancia puede parecer caótico, pero qué alberga el corazón de los cartageneros. En Bazurto, locales y visitantes pueden comprar desde ropa hasta decoración para el hogar a los más bajos precios, pero además, este epicentro cultural de la ciudad aloja a las matronas de la gastronomía. 

Entrando por los estrechos pasillos del Mercado se llega a una plazoleta de comidas improvisadas con mesas de madera y sillas plásticas, rodeada de ollas inmensas que tienen la más amplia variedad de comida. 

Mojarra frita con yuca, arroz de camarones, langosta, posta cartagenera, arroz de frijol, arroz de coco y hasta paella, son algunas de las delicias que se pueden conseguir en ese lugar. 

La comida se sirve en típicos platos de peltre y el jugo, que suele ser agua de panela con limón, se lleva a las mesas en improvisados vasos hechos con frascos de vidrio que alguna vez fueron para el café. 

A diferencia de los grandes restaurantes de comida típica cartagenera, el Mercado de Bazurto provee a sus visitantes de una experiencia realmente colorida, con sus tienditas hechas de madera, sus matronas con delantales estampados y un ambiente donde resuenan los mejores éxitos de la champeta y el vallenato. 

Sin duda, ir al Mercado de Bazurto es por sí solo una experiencia que no está hecha para todas las personas, pero comer en él va más allá, se vuelve una aventura inolvidable y para quienes viajan a Cartagena al menos una vez, es incluso incomparable con cualquier otra ciudad del mundo. Una experiencia irrepetible.