Precisamente esta semana hasta el vierrnes se celebra la primera edición de Latínica, un evento empresarial que pretende funcionar para generar sinergias entre mujeres empresarias y emprendedoras en el mundo de la música, que incluye a creadoras, productoras, cantantes, periodistas, publicistas y compositoras.

Se trata no solo de una importante reunión de todas las profesionales sino también de una oportunidad para compartir conocimientos a través de talleres, conferencias y encuentros. Las participantes engloban todo es espectro latino desde Venezuela, Uruguay, Colombia, Chile, Argentina, México y Estados Unidos.

¡Hoy comenzó #Latínica!
Celebramos la creación de estos espacios seguros para poder intercambiar y colaborar. ¡Gracias por la invitación!
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Estaremos participando el martes 9 y jueves 11 de marzo. No olviden inscribirse. #FMMN #8M #MujeresenlaMúsica pic.twitter.com/veIIyLFO8Y

— micaelamiau (@micaelamiau) March 8, 2021

La creación responde a los esfuerzos de la instrumentista venezolana Mafer Bandola para aunar las trabajadoras latinas en la industria musical así como de una subvención del programa musical de OneBeats dedicado a apoyar proyectos de su antiguo alumnado llamada OneBeat Accelerator que premia nueve propuestas.

En sus propias palabras la reunión pretende ser “un punto de encuentro para que se conecten y logren mayor exposición de sus trabajos y producciones” así como una muestra de la pluralidad de géneros que engloba la música latina, que por supuesto va más allá del reggaeton.

Pueden consultarse los paneles (Compositoras; Catálogo; Visibilidad; Certeza Colectiva) y las conferenciantes en su página web y apuntarse a las charlas virtuales por zoom que están abiertas a todas las mujeres latinas incluida la comunidad LGTBIQ. Identidad latina y empoderamiento en redes sociales serán también algunos de los ejes tratados.

La verdad es que, en una industria que estaba todavía muy habituada a los viejos modelos de hacer negocios indudablemente marcados por patrones sumamente patriarcales, especialmente con las creadoras, resultaba imperiosa una actualización de esas arcaicas costumbres en forma de renovación de los profesionales.

Que ese imperioso cambio venga justo en el instante en el que por motivos pandémicos la industria de la música necesite un cambio de estrategia enfrentada a la disminución de los directos y a la gula de los fondos de inversión que ve en la discografía un activo en crecimiento solo puede darnos cierta fe en que ambas sinergias puedan ser fusionadas para tener una industria mucho más igualitaria y feminista cuando todo esto termine.