La cantidad de atletas latinoamericanos suele ser menor durante los Juegos Olímpicos de Invierno, en comparación con los de Verano. Este año, hay 33 que representan a ocho países y a Puerto Rico. México envió a cuatro de esos atletas a los juegos, incluido el patinador artístico de 22 años Donovan Carrillo. 

Es la primera vez que México envía a un patinador artístico masculino a los Juegos de Invierno desde 1992. En los Juegos Olímpicos de 1992, celebrados en Albertville (Francia), México estuvo representado por Riccardo Olavarrieta, que abandonó después del programa corto. 

Ayer, Carrillo terminó el programa corto en el puesto 19 y se aseguró un lugar en el patinaje libre, convirtiéndose en el primer patinador mexicano en hacerlo. Obtuvo una puntuación de 79,69, lo que supone una marca personal para el patinador. 

Carrillo se ha enfrentado a muchas barreras en su camino a los Juegos Olímpicos. Es el único atleta mexicano que se entrena allí a pesar de la falta de infraestructuras para los deportes de invierno. A los 13 años, tuvo que trasladarse de su ciudad natal, Guadalajara, a León con su entrenador porque su pista de hielo local cerró. En México no hay pistas de tamaño olímpico, así que la pista a la que se trasladó era una pública en un centro comercial, lo que le impidió dedicar tiempo al hielo.

También se enfrentó a barreras culturales y ha recibido burlas por su elección de deporte. 

"A veces la gente piensa que los deportes artísticos son sólo para las mujeres, así que eso es algo contra lo que tuve que luchar cuando era un niño porque mucha gente en la escuela me decía 'Oh, eres una chica', y a veces incluso piensan que practicar un deporte artístico, va a afectar a tus preferencias [sexuales] como persona. Nunca pensé eso", dijo Carrillo a Associated Press. 

Y añadió: "Creo que esa es una de las razones por las que no tenemos muchos patinadores hombres en mi país".

Carrillo ha admirado al patinador español Javier Fernández desde que era un niño. Fernández se retiró en 2019 tras ganar una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang. 

Parte de la razón por la que le admira es que ambos se han enfrentado a obstáculos similares al practicar deportes de invierno en países donde deportes como el fútbol son mucho más populares. 

Gran parte de la actuación de Carrillo está arraigada en la cultura mexicana, desde la elección de sus canciones hasta las portadas de sus patines que hacen juego con la bandera mexicana.

Aunque convertirse en el primer patinador artístico masculino de México en participar en los Juegos de Invierno en tres décadas tiene mucho significado personal, Carrillo espera que su distinción sirva de inspiración para la próxima generación de aspirantes a patinadores artísticos y olímpicos. 

"También espero que durante estos Juegos, más chicos y chicas de mi país se inspiren y encuentren mi historia como motivación para que busquen sus sueños, se atrevan a probar el patinaje artístico porque tal vez puedan encontrar en él su pasión como la encontré yo", dijo Carillo. 

Carrillo mira ahora hacia los Juegos de Invierno de 2026 en Milán-Cortina.